Esta colección de cuatro cuchillos simboliza el vínculo familiar en un momento especial, compartiendo el placer de una buena comida. Cada pieza representa una generación a través de las figuras femeninas principales y se identifica en el mango con un grabado como "La néta", "La filla", "La mama" y "La iaia" (que significa la nieta, la hija, la madre y la abuela en catalán), conservando la escritura original. A mayor edad, mayor sabiduría y mayor tamaño.
El proyecto se llevó a cabo en colaboración con la Asociación de Mujeres Carpinteras de Barcelona, se seleccionó madera de roble recuperada tanto por sus cualidades como por su significado conceptual, como homenaje a la bodega abandonada de Thiers donde se encontraron las hojas de los cuchillos. Tradicionalmente, esta madera se ha utilizado en barricas para almacenar vino, y al reutilizarla, la colección apuesta por la sostenibilidad, reduciendo los residuos y dando nueva vida a un material noble.
Además, el proyecto resalta el valor de la artesanía, destacando la habilidad y la dedicación de los artesanos al moldear cada mango con cuidado y precisión. Tras varias pruebas, el diseño final rompe con la forma convencional, ofreciendo una propuesta nueva, pero igualmente ergonómica, que refleja tanto la innovación como el respeto por las hojas tradicionales.
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